Autor: RODERICUS
Sólo el ser humano ríe. Los animales no lo hacen porque ignoran los aspectos cómicos de la vida. Si nos reímos -o si sólo sonreímos-, es porque comprendemos la realidad que se nos presenta ante nuestros ojos y, en esa observación, somos capaces de percibir el carácter jocoso de una determinada situación.
La risa nos da risa. Es, por tanto, contagiosa, y en su expresividad nos alegra y nos distiende, pues es la vida que se manifiesta en uno de sus matices, en este caso uno propiamente humano. Si no riésemos, perderíamos encanto y gracia, ternura y simpatía, dulzura y complicidad.
Reír alivia las penas y los dolores que nunca faltan en la vida de nadie. Alguien que no ríe se vuelve agrio y aleja al resto. En cambio, quien sabe reír, sabe también convivir.
Mientras la hosquedad amenaza, la risa, cuando es sincera y no finge, ameniza. Ella despierta confianza y, en el rostro en el que se da, nos muestra a alguien bien dispuesto hacia el otro. Reír es como abrir la puerta de la casa con naturalidad y sin aspavientos. Es, por cierto, como una amable invitación a departir con sencillez en torno a lo divertido de lo que vivimos y atestiguamos.
RODERICUS
Y para reafirmar, un video que seguramente ya vieron, y si no… NO se lo pierdan. Ríanse, y echen varias preocupaciones al viento. Vale la pena.