Autor: G. IGNATIUS
La riqueza del espaรฑol se nos estรก escapando de las manos (ya lo mencionaba Andrenio en esta misma secciรณn). No por la vรญa del verbing (transformar sustantivos en verbos), sino tambiรฉn por la eliminaciรณn del sentido amplio que tienen las palabras al designar igualmente a mujeres y hombres. Y es que cada vez mรกs se escucha a quienes hablan de “ellos y ellas”, cuando en una palabra se entienden ambas cosas.
Resulta llamativo que tambiรฉn las autoridades hayan caรญdo en estos errores espantosos.Un ejemplo de lo anterior son los anuncios para “todos y todas”. Sin embargo el paroxismo de este vicio ocurre cuando el sustantivo en cuestiรณn tiene solo un genero gramatical por lo que el interlocutor debe usar dos artรญculos, como cuando se menciona a “los y las estudiantes”.
Tan comรบn se vuelto esta prรกctica irritante que incluso la Real Academia de la Lengua ha hecho sus descargos mencionando que “la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economรญa del lenguaje”.
Resulta una ignominia que entre las leyes y los documentos pรบblicos se comience a plasmar este defecto. De comenzar con esta senda, las palabras perderรกn sentido y al igual que Orwell explica en 1984 con el newspeak (o neolengua), en el futuro solo tendrรกn un significado parcial olvidรกndonos del poderoso concepto que tienen detrรกs.
Cuando se mencione que todos son libres, se entenderรก que solo los varones lo son, ya que nuestro intelecto no serรก capaz de asimilar a las mujeres como incluidas, si su gรฉnero no es pronunciado. Habremos perdido entonces todo rasgo igualitario de nuestro lenguaje.
G. IGNATIUS